Para Alternativa Socialdemócrata, con cariño
PREÁMBULO. En el siguiente escrito, hablo como individuo desde mi visión personal; pero, creo también que en mi punto de vista pueden verse representad@s much@s compañer@s militantes y simpatizantes de Alternativa que hemos seguido el crecimiento de este partido desde los meses finales de 2005 a raíz de la campaña presidencial de Patricia Mercado y que decidimos participar en este partido y votar por él por el proyecto político presentado por Patricia en dicha campaña.
Para Alternativa Socialdemócrata, con cariño
¿Qué necesita un ser humano para no apartarse de sí?
¿A qué distancia está mi mano de la gente que conocí?
¿Qué le ha faltado a la verdad para quererla disfrazar?
¿Por qué un bufón llenó el lugar donde hubo un sitio para amar?
¿Por qué fingimos confusión hasta acabar con la razón?
En fin, no sé cómo decir que todo ha vuelto a ser normal;
sólo si sé que no eres ya lo que quisiste ser.
-- Silvio Rodríguez, «Lo que quisiste ser».
¿A qué distancia está mi mano de la gente que conocí?
¿Qué le ha faltado a la verdad para quererla disfrazar?
¿Por qué un bufón llenó el lugar donde hubo un sitio para amar?
¿Por qué fingimos confusión hasta acabar con la razón?
En fin, no sé cómo decir que todo ha vuelto a ser normal;
sólo si sé que no eres ya lo que quisiste ser.
-- Silvio Rodríguez, «Lo que quisiste ser».
La primera vez que escuché hablar del partido Alternativa, fue durante la pre-campaña presidencial de Patricia Mercado, en diciembre de 2005. Siendo yo de un estado –Baja California-- y de una familia predominantemente «panista», debo muy penosamente confesar que mi voto había sido hasta entonces, sin mucho razonamiento de por medio, principalmente para el PAN, en el par de elecciones en que había participado. Sin embargo, como parte de la consciencia colectiva y con la misma incongruencia, tenía claro que el sistema político mexicano y, particularmente, una gran parte de los políticos mexicanos carecen de ética y de un interés genuino por la comunidad; además de estar profundamente incrustados en el origen de la corrupción e impunidad mexicana. Aparte de lo anterior, la educación básica y las noticias usuales, no tenía mucho mayores conocimientos de política en general; aun menos considerando que mi formación profesional no es de un área de humanidades, pues pertenece a las ciencias exactas. Paradójicamente, esta misma formación me ayudó a aprender a pensar de manera crítica sobre mi entorno político y social; tal vez, sin darme cuenta.
El discursó de Patricia Mercado me impactó por varios motivos. Primeramente, fue la única candidata presidencial que habló claramente del apoyo a la ciencia y la tecnología, tema que me interesa particularmente porque estoy convencido de que nuestro país no podrá avanzar económica y socialmente sin él. En segundo lugar, tenía una postura liberal y moderna con respecto a muchos temas como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el feminismo, las drogas, la desigualdad social, etc. Tercero: tenía una postura no convencional sobre algunos temas, centrada en el fondo de los problemas con soluciones a largo plazo; por ejemplo, la prevención desde las familias y escuelas contra la violencia y drogadicción para prevenir la inseguridad social, en vez de una interminable lucha militarizada contra la delincuencia, o la inversión en energías limpias y el desarrollo sustentable sobre el enfoque convencional limitado a la mayor extracción de petróleo. Hay otras razones sustentadas en sus propuestas que alimentaron una buena aceptación desde el punto de vista formal y objetivo del análisis político (enfoque que se sobrevalora con frecuencia, convenientemente eliminando otros aspectos de, al menos, igual valor). Sin embargo, hay un punto muy importante que no atiende a la calidad y profundidad de sus propuestas de políticas públicas; esto es, la propuesta o, si se quiere, «idea abstracta», de representar y formar una opción política distinta a todos los demás partidos, genuinamente única y diferente: ciudadana, congruente, moderna, progresista, de izquierda, transparente, con valores, de la gente para la gente, ética, honesta, etc. La idea de formar un partido que redefina la idea de lo que es «la política» y de lo que es «político» y que recupere la confianza de los mexicanos creando un partido en el que los ciudadanos puedan verdaderamente confiar y verse genuinamente representados está, en estos tiempos, lugar y contexto, más allá del valor de cualquier propuesta de gobierno o legislación, por más amplia y buena que ésta sea. Este último aspecto tiene validez en la medida en que el portador o portadora de este discurso cuente con el respaldo moral, ética y habilidad para transmitir el mensaje de manera creíble, puesto que much@s lo han intentado pero muy poc@s lo han logrado genuinamente representar. Aquí es donde entra al juego la trayectoria e, incluso, la personalidad de Patricia Mercado, quien logró traspasar –por lo menos, parcialmente-- estos atributos a un partido nuevo que, por esto último, pudo hacer suyas estas cualidades tomadas del discurso y la persona de su candidata presidencial, adquiriendo la confianza para que cientos de miles de votantes, principalmente mujeres y jóvenes, votaran por los candidatos a diputados de Alternativa Socialdemócrata sin siquiera conocerlos, ni al partido mismo, con la sola premisa de que estos candidatos a legisladores contaban con estos mismos atributos e ideas. Los votos adquiridos de esta manera fueron suficientes para refrendar el registro del partido el 2 de julio de 2006; siendo esto una proeza no poco importante después de reiterados intentos por lograr lo mismo. Paradójicamente, este evento demostraría con el tiempo convertir a Alternativa en un botín atractivo para los políticos de siempre a quienes precisamente se proponía erradicar.
El primer evento importante, a la luz de la opinión pública generalizada, que marcó el primer foco rojo en el crecimiento del partido, fue su alianza parcial con el PRI en las candidaturas a diputados locales de las elecciones estatales de Veracruz en julio de 2007. La comunidad de nuevos jóvenes socialdemócratas que nos integramos al partido durante o después de las elecciones presidenciales de 2006 quedamos más que indignados con este suceso. ¿Cómo era posible que Alternativa se aliara con el más ruin de los «partidos de siempre», con aquél partido que más representa a la vieja política, la corrupción y la impunidad? Y peor aun, ¿cómo podía aliarse con el PRI de Fidel Herrera en Veracruz, corrupto entre los corruptos? Este fue un golpe bajo para todo@s l@s que creímos que Alternativa representaba una oportunidad para construir un partido diferente y la primera vez que nos avergonzamos del mismo. Las simpatías hacia el partido de muchas personas que nos acompañaron desde la campaña presidencial no sobrevivieron a este evento, pues para ell@s confirmó la recurrente afirmación de que todos los partidos terminan igual a «los de siempre» aunque comiencen con buena cara. Los que sobrevivimos a este evento lo hicimos dirigiendo nuestra indignación hacia los que descubrimos ser culpables de este atentado contra la autonomía de Alternativa: el Presidente del Comité Ejecutivo Federado (CEF), Alberto Begné, y los otros 16 integrantes del mismo que aprobaron esta deplorable alianza. Tristemente, este fue el primer acto político importante de Alberto Begné ante esta parte de la militancia en la que me incluyo y, por tal, quedaría marcado en una trayectoria que, en vez de dirimir, fue reforzando (con sobrado esmero) hasta el día de hoy. Los pocos integrantes del CEF que votaron en contra de esta alianza, Patricia Mercado y la mayoría de los miembros del Consejo Político Federado (CPF) que anunciaron formal y públicamente su desprecio hacia esta alianza oportunista y pragmática retomaron las simpatías de los votantes de Patricia, asociando de paso sus acciones con una clara corriente socialdemócrata de ciudadan@s libres y de convicción que, actualmente, apoya además la candidatura de Mercado a la dirigencia nacional como medio para recuperar el rumbo del partido. El CPF consolidó este reconocimiento al revocar al CEF el poder para designar candidatos y alianzas en los estados, tratando de impedir así que Begné repitiera este deplorable episodio.
Los que participamos en los procesos electorales durante 2007 y pasamos a conformar parte de las estructuras de representación y dirigencia partidistas en este transcurso vimos con tristeza crecer a una corriente filo-priista dentro del partido –literal y figurativamente--, que pronto adoptó no sólo su nombre junto al de Alternativa en las boletas electorales, sino todo el kit de herramientas y tácticas de la vieja política (asesores y operadores incluidos) que, con ignominiosa pero comprobada efectividad por décadas, no dudaron en desplegar ante la menor amenaza de perder el poco liderazgo de facto que habían logrado –ya ni siquiera moral--. Vimos también a personajes conocidos dentro del partido cambiar súbitamente su posición sin una justificación real más allá del pragmatismo político, traicionando los principios que, en retrospectiva, endeblemente proclamaban; entre ellos a Luciano Pascoe (quien al principio coordinó brevemente la campaña presidencial de Patricia Mercado), Rodrigo Rincón y Rodrigo Benedith. Vimos el intento del presidente del partido, Alberto Begné, de destruir al grupo parlamentario de Alternativa en la cámara de diputados para consolidar su poder hegemónico sólo porque no le eran «fieles» y traicionando al propio partido por sus intereses particulares. Vimos también el intento fallido de formar una alianza con el Frente Amplio Progresista en Oaxaca con fines meramente electoreros. En Baja California, vivimos como Carlos Sánchez-Armas y Rodrigo Rincón de la Comisión «Autónoma» de Rendición de Cuentas y Francisco Espinoza de la Comisión «Autónoma» de Ética y Garantías, con justificación única en la lealtad a su presidente, con dolo se negaron a resolver (hasta la fecha) el caso de Beatriz Ávalos, ex coordinadora Estatal de Alternativa en Baja California, por haber convocado y realizado una asamblea estatal ilegal en noviembre de 2006 (tratando, desde entonces, de apoderarse del partido a fuerza bruta) y por haberse negado a realizar la entrega-recepción del Comité Estatal Provisional (habiendo robado recursos, documentos y bienes muebles del partido que, hasta la fecha, no ha devuelto); ahora resulta evidente que esto se hizo con la intención de utilizarla para destruir políticamente al partido en Baja California aun en contra del la legalidad y amparados en la corrupción e impunidad de ellos mismos. Más tarde, presenciamos como Begné, en contubernio con el Secretario de Finanzas, José Guadalupe Villaseñor, ilegal y arbitrariamente suspendió el envío de los recursos financieros a los Estados que apoyaban a la corriente de ciudadan@s libres de Patricia Mercado, nuevamente traicionando al partido mismo impidiendo su desarrollo y sustentabilidad mínima (pago de oficinas, teléfono, papelería, etc.) por falta de «lealtad incondicional» hacia su persona y allegados. Esta serie de atropellos, entre muchos otros, acabaron por dejar más que clara la intención de Alberto Begné y su clientela política elite de apoderarse del partido a toda costa y a cualquier precio con tal de convertir a Alternativa en el nuevo «partido satélite» del sistema político mexicano, en venta y oferta al mejor postor, para su beneficio personal.
Todo lo anterior, desafortunadamente, sólo pudo reafirmarse y consolidarse durante el proceso de elección de órganos de dirección en el cual todavía nos hallamos inmersos. En el pre-registro de Comités de Acción Política, vimos como se inflaron las listas para que el grupo de Begné alardeara que había ganado: con ciudadan@s fantasma que para ellos valían solamente como una clave de elector. A la hora del registro de CAPs, se registraron solamente entre el 5 y 30% de los prerregistrados; lo anterior se dio también gracias a que la CNAEOD (que más tarde demostraría estar comprada al servicio de Begné a través de su presidenta, María Elena Homs) designó una sola sede para el registro de CAPs en la capital del Estado, Mexicali, cuando la ciudad de Ensenada se encuentra a ¡4 horas de camino en carretera!, lo cual evidentemente va en contra de cualquier principio de equidad. El favoritismo, como en el resto del país, fue evidente en el registro de CAPs; en el que, de 6 Comités a los que se les negó su registro, 5 fueron de los ciudadan@s libres, algunos en una incongruencia y descaro total. El acarreo fue más que evidente y, inclusive, confeso por parte de las clientelas de la “nueva mayoría” formadas principalmente por personas de la 3ra edad, amas de casa y gente de muy escasos recursos, quienes llegaron en camiones con niños incluidos, que no sabían ni a qué iban y se presentaron temerosos únicamente porque se les prometió cien pesos y dos despensas, conducidos además por operadores políticos del PRI y de Alberto Begné. No faltó, nuevamente como en otros estados del país, la falsificación de documentos y credenciales usurpando identidad, como alcanzamos a ver en un cuarto del hotel alquilado por Beatriz Ávalos, donde contaba con el equipo para falsificar las credenciales. En todo el proceso, la serie de actos mezquinos e ignominiosos –porque así hay que decirlo y es decir poco-- de Alberto Begné y sus aliados oportunistas no tuvo fin, ni en Baja California ni en ningún lado. Ni qué decir de la terrible y sin precedente afrenta que sufrieron nuestros compañeros de Alternativa en el Distrito Federal el pasado 16 de marzo (de la cual ya se ha comentado mucho, más no suficiente), quienes confirmaron la brutalidad con la que son capaces de conducirse los neo-priistas de Begné, Pascoe, Díaz Cuervo, Pérez Correa y demás mercenarios políticos (sic), con singular descaro y cinismo, además.
Ante este conflicto «interno» --que sabemos está literalmente ligado a las peores mafias de la política mexicana de los partidos de siempre-- entre los que creemos en un partido diferente, de ciudadan@s libres y de convicción que queremos una agenda socialdemócrata de la izquierda de valores, y los que con pragmatismo personal intentan controlar el poder por el poder cometiendo cualquier injusticia en el camino, los invito a reivindicar el compromiso de Alternativa con los votantes que le dieron vida y que reclaman una nueva opción de izquierda moderna y de valores con la cual construir el México que tod@s urgentemente necesitamos. Esta afrenta invoca a una manifestación sin precedentes en la defensa de la legalidad, justicia, dignidad, respeto, igualdad, transparencia y civilidad, hasta sus últimas consecuencias; porque no se trata solamente de una afrenta contra una parte –importante y mayoritaria-- de la (verdadera, no comprada) militancia del partido, sino se trata de una afrenta más contra la democracia mexicana; se trata de un robo vil (sic) de un espacio de deliberación y construcción ciudadana; se trata del secuestro de un proyecto que le debe cuentas a sus votantes que creyeron en un proyecto que podría reivindicar la política mexicana –entre quienes me incluyo--. Ante esta situación, podemos decepcionarnos y dejar de participar en un sistema político que parece estar corrompido hasta lo más profundo de sus bases; pero, esto sólo solaparía su impunidad, legitimaría sus acciones y nos convertiría en parte del mismo sistema viciado. Los invito a tomar aliento y transformar el coraje y frustración de este ultraje en un movimiento que sume fuerzas para que estos crímenes no queden impunes. Estoy seguro de que, de una forma u otra, seguiremos adelante y, nos tome lo que nos tome, la justicia, congruencia y convicción saldrá victoriosa.
El discursó de Patricia Mercado me impactó por varios motivos. Primeramente, fue la única candidata presidencial que habló claramente del apoyo a la ciencia y la tecnología, tema que me interesa particularmente porque estoy convencido de que nuestro país no podrá avanzar económica y socialmente sin él. En segundo lugar, tenía una postura liberal y moderna con respecto a muchos temas como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el feminismo, las drogas, la desigualdad social, etc. Tercero: tenía una postura no convencional sobre algunos temas, centrada en el fondo de los problemas con soluciones a largo plazo; por ejemplo, la prevención desde las familias y escuelas contra la violencia y drogadicción para prevenir la inseguridad social, en vez de una interminable lucha militarizada contra la delincuencia, o la inversión en energías limpias y el desarrollo sustentable sobre el enfoque convencional limitado a la mayor extracción de petróleo. Hay otras razones sustentadas en sus propuestas que alimentaron una buena aceptación desde el punto de vista formal y objetivo del análisis político (enfoque que se sobrevalora con frecuencia, convenientemente eliminando otros aspectos de, al menos, igual valor). Sin embargo, hay un punto muy importante que no atiende a la calidad y profundidad de sus propuestas de políticas públicas; esto es, la propuesta o, si se quiere, «idea abstracta», de representar y formar una opción política distinta a todos los demás partidos, genuinamente única y diferente: ciudadana, congruente, moderna, progresista, de izquierda, transparente, con valores, de la gente para la gente, ética, honesta, etc. La idea de formar un partido que redefina la idea de lo que es «la política» y de lo que es «político» y que recupere la confianza de los mexicanos creando un partido en el que los ciudadanos puedan verdaderamente confiar y verse genuinamente representados está, en estos tiempos, lugar y contexto, más allá del valor de cualquier propuesta de gobierno o legislación, por más amplia y buena que ésta sea. Este último aspecto tiene validez en la medida en que el portador o portadora de este discurso cuente con el respaldo moral, ética y habilidad para transmitir el mensaje de manera creíble, puesto que much@s lo han intentado pero muy poc@s lo han logrado genuinamente representar. Aquí es donde entra al juego la trayectoria e, incluso, la personalidad de Patricia Mercado, quien logró traspasar –por lo menos, parcialmente-- estos atributos a un partido nuevo que, por esto último, pudo hacer suyas estas cualidades tomadas del discurso y la persona de su candidata presidencial, adquiriendo la confianza para que cientos de miles de votantes, principalmente mujeres y jóvenes, votaran por los candidatos a diputados de Alternativa Socialdemócrata sin siquiera conocerlos, ni al partido mismo, con la sola premisa de que estos candidatos a legisladores contaban con estos mismos atributos e ideas. Los votos adquiridos de esta manera fueron suficientes para refrendar el registro del partido el 2 de julio de 2006; siendo esto una proeza no poco importante después de reiterados intentos por lograr lo mismo. Paradójicamente, este evento demostraría con el tiempo convertir a Alternativa en un botín atractivo para los políticos de siempre a quienes precisamente se proponía erradicar.
El primer evento importante, a la luz de la opinión pública generalizada, que marcó el primer foco rojo en el crecimiento del partido, fue su alianza parcial con el PRI en las candidaturas a diputados locales de las elecciones estatales de Veracruz en julio de 2007. La comunidad de nuevos jóvenes socialdemócratas que nos integramos al partido durante o después de las elecciones presidenciales de 2006 quedamos más que indignados con este suceso. ¿Cómo era posible que Alternativa se aliara con el más ruin de los «partidos de siempre», con aquél partido que más representa a la vieja política, la corrupción y la impunidad? Y peor aun, ¿cómo podía aliarse con el PRI de Fidel Herrera en Veracruz, corrupto entre los corruptos? Este fue un golpe bajo para todo@s l@s que creímos que Alternativa representaba una oportunidad para construir un partido diferente y la primera vez que nos avergonzamos del mismo. Las simpatías hacia el partido de muchas personas que nos acompañaron desde la campaña presidencial no sobrevivieron a este evento, pues para ell@s confirmó la recurrente afirmación de que todos los partidos terminan igual a «los de siempre» aunque comiencen con buena cara. Los que sobrevivimos a este evento lo hicimos dirigiendo nuestra indignación hacia los que descubrimos ser culpables de este atentado contra la autonomía de Alternativa: el Presidente del Comité Ejecutivo Federado (CEF), Alberto Begné, y los otros 16 integrantes del mismo que aprobaron esta deplorable alianza. Tristemente, este fue el primer acto político importante de Alberto Begné ante esta parte de la militancia en la que me incluyo y, por tal, quedaría marcado en una trayectoria que, en vez de dirimir, fue reforzando (con sobrado esmero) hasta el día de hoy. Los pocos integrantes del CEF que votaron en contra de esta alianza, Patricia Mercado y la mayoría de los miembros del Consejo Político Federado (CPF) que anunciaron formal y públicamente su desprecio hacia esta alianza oportunista y pragmática retomaron las simpatías de los votantes de Patricia, asociando de paso sus acciones con una clara corriente socialdemócrata de ciudadan@s libres y de convicción que, actualmente, apoya además la candidatura de Mercado a la dirigencia nacional como medio para recuperar el rumbo del partido. El CPF consolidó este reconocimiento al revocar al CEF el poder para designar candidatos y alianzas en los estados, tratando de impedir así que Begné repitiera este deplorable episodio.
Los que participamos en los procesos electorales durante 2007 y pasamos a conformar parte de las estructuras de representación y dirigencia partidistas en este transcurso vimos con tristeza crecer a una corriente filo-priista dentro del partido –literal y figurativamente--, que pronto adoptó no sólo su nombre junto al de Alternativa en las boletas electorales, sino todo el kit de herramientas y tácticas de la vieja política (asesores y operadores incluidos) que, con ignominiosa pero comprobada efectividad por décadas, no dudaron en desplegar ante la menor amenaza de perder el poco liderazgo de facto que habían logrado –ya ni siquiera moral--. Vimos también a personajes conocidos dentro del partido cambiar súbitamente su posición sin una justificación real más allá del pragmatismo político, traicionando los principios que, en retrospectiva, endeblemente proclamaban; entre ellos a Luciano Pascoe (quien al principio coordinó brevemente la campaña presidencial de Patricia Mercado), Rodrigo Rincón y Rodrigo Benedith. Vimos el intento del presidente del partido, Alberto Begné, de destruir al grupo parlamentario de Alternativa en la cámara de diputados para consolidar su poder hegemónico sólo porque no le eran «fieles» y traicionando al propio partido por sus intereses particulares. Vimos también el intento fallido de formar una alianza con el Frente Amplio Progresista en Oaxaca con fines meramente electoreros. En Baja California, vivimos como Carlos Sánchez-Armas y Rodrigo Rincón de la Comisión «Autónoma» de Rendición de Cuentas y Francisco Espinoza de la Comisión «Autónoma» de Ética y Garantías, con justificación única en la lealtad a su presidente, con dolo se negaron a resolver (hasta la fecha) el caso de Beatriz Ávalos, ex coordinadora Estatal de Alternativa en Baja California, por haber convocado y realizado una asamblea estatal ilegal en noviembre de 2006 (tratando, desde entonces, de apoderarse del partido a fuerza bruta) y por haberse negado a realizar la entrega-recepción del Comité Estatal Provisional (habiendo robado recursos, documentos y bienes muebles del partido que, hasta la fecha, no ha devuelto); ahora resulta evidente que esto se hizo con la intención de utilizarla para destruir políticamente al partido en Baja California aun en contra del la legalidad y amparados en la corrupción e impunidad de ellos mismos. Más tarde, presenciamos como Begné, en contubernio con el Secretario de Finanzas, José Guadalupe Villaseñor, ilegal y arbitrariamente suspendió el envío de los recursos financieros a los Estados que apoyaban a la corriente de ciudadan@s libres de Patricia Mercado, nuevamente traicionando al partido mismo impidiendo su desarrollo y sustentabilidad mínima (pago de oficinas, teléfono, papelería, etc.) por falta de «lealtad incondicional» hacia su persona y allegados. Esta serie de atropellos, entre muchos otros, acabaron por dejar más que clara la intención de Alberto Begné y su clientela política elite de apoderarse del partido a toda costa y a cualquier precio con tal de convertir a Alternativa en el nuevo «partido satélite» del sistema político mexicano, en venta y oferta al mejor postor, para su beneficio personal.
Todo lo anterior, desafortunadamente, sólo pudo reafirmarse y consolidarse durante el proceso de elección de órganos de dirección en el cual todavía nos hallamos inmersos. En el pre-registro de Comités de Acción Política, vimos como se inflaron las listas para que el grupo de Begné alardeara que había ganado: con ciudadan@s fantasma que para ellos valían solamente como una clave de elector. A la hora del registro de CAPs, se registraron solamente entre el 5 y 30% de los prerregistrados; lo anterior se dio también gracias a que la CNAEOD (que más tarde demostraría estar comprada al servicio de Begné a través de su presidenta, María Elena Homs) designó una sola sede para el registro de CAPs en la capital del Estado, Mexicali, cuando la ciudad de Ensenada se encuentra a ¡4 horas de camino en carretera!, lo cual evidentemente va en contra de cualquier principio de equidad. El favoritismo, como en el resto del país, fue evidente en el registro de CAPs; en el que, de 6 Comités a los que se les negó su registro, 5 fueron de los ciudadan@s libres, algunos en una incongruencia y descaro total. El acarreo fue más que evidente y, inclusive, confeso por parte de las clientelas de la “nueva mayoría” formadas principalmente por personas de la 3ra edad, amas de casa y gente de muy escasos recursos, quienes llegaron en camiones con niños incluidos, que no sabían ni a qué iban y se presentaron temerosos únicamente porque se les prometió cien pesos y dos despensas, conducidos además por operadores políticos del PRI y de Alberto Begné. No faltó, nuevamente como en otros estados del país, la falsificación de documentos y credenciales usurpando identidad, como alcanzamos a ver en un cuarto del hotel alquilado por Beatriz Ávalos, donde contaba con el equipo para falsificar las credenciales. En todo el proceso, la serie de actos mezquinos e ignominiosos –porque así hay que decirlo y es decir poco-- de Alberto Begné y sus aliados oportunistas no tuvo fin, ni en Baja California ni en ningún lado. Ni qué decir de la terrible y sin precedente afrenta que sufrieron nuestros compañeros de Alternativa en el Distrito Federal el pasado 16 de marzo (de la cual ya se ha comentado mucho, más no suficiente), quienes confirmaron la brutalidad con la que son capaces de conducirse los neo-priistas de Begné, Pascoe, Díaz Cuervo, Pérez Correa y demás mercenarios políticos (sic), con singular descaro y cinismo, además.
Ante este conflicto «interno» --que sabemos está literalmente ligado a las peores mafias de la política mexicana de los partidos de siempre-- entre los que creemos en un partido diferente, de ciudadan@s libres y de convicción que queremos una agenda socialdemócrata de la izquierda de valores, y los que con pragmatismo personal intentan controlar el poder por el poder cometiendo cualquier injusticia en el camino, los invito a reivindicar el compromiso de Alternativa con los votantes que le dieron vida y que reclaman una nueva opción de izquierda moderna y de valores con la cual construir el México que tod@s urgentemente necesitamos. Esta afrenta invoca a una manifestación sin precedentes en la defensa de la legalidad, justicia, dignidad, respeto, igualdad, transparencia y civilidad, hasta sus últimas consecuencias; porque no se trata solamente de una afrenta contra una parte –importante y mayoritaria-- de la (verdadera, no comprada) militancia del partido, sino se trata de una afrenta más contra la democracia mexicana; se trata de un robo vil (sic) de un espacio de deliberación y construcción ciudadana; se trata del secuestro de un proyecto que le debe cuentas a sus votantes que creyeron en un proyecto que podría reivindicar la política mexicana –entre quienes me incluyo--. Ante esta situación, podemos decepcionarnos y dejar de participar en un sistema político que parece estar corrompido hasta lo más profundo de sus bases; pero, esto sólo solaparía su impunidad, legitimaría sus acciones y nos convertiría en parte del mismo sistema viciado. Los invito a tomar aliento y transformar el coraje y frustración de este ultraje en un movimiento que sume fuerzas para que estos crímenes no queden impunes. Estoy seguro de que, de una forma u otra, seguiremos adelante y, nos tome lo que nos tome, la justicia, congruencia y convicción saldrá victoriosa.
Sólo hay una cosa más poderosa que todos los ejércitos del mundo:
una idea cuyo tiempo ha llegado.
-- Víctor Hugo.
una idea cuyo tiempo ha llegado.
-- Víctor Hugo.
¡ALTERNATIVA ES DIFERENTE O NO ES!
Fermín Franco Medrano
Delegado a la Asamblea Estatal de Baja California
Representante del CAP “Ensenada: Sociedad del Conocimiento”
Ex integrante del Comité Estatal Provisional de Baja California
Ex candidato a la primera regiduría de Ensenada
Ciudadano libre y de convicción